Diputada Blanca Alves del PAyS aclaró su situación con las pensiones: “no fue milagro de Cacho” hay justificaciones médicas

Lo que comenzó como un rumor de ese famoso “milagro de Cacho Bárbaro” que habría hecho desaparecer una pensión por discapacidad terminó obligando a dos diputadas a dar explicaciones públicas.

“Cobré porque estoy enferma”

Con voz temblorosa pero firme, la diputada Blanca Alves admitió que efectivamente percibió la asistencia social. Según detalló, su beneficio estaba justificado por una hernia entre el esófago y el estómago y por secuelas neurológicas derivadas de su infancia “de trabajos forzosos en la chacra”.

Alves aseguró que esas dolencias le provocan frecuentes pérdidas de memoria y hasta episodios en los que “la mente se le queda en blanco”. De allí el beneficio. “Cobré porque estoy enferma”, remató, como si la frase alcanzara para cerrar el debate.

Pero no todo fue diagnóstico médico: la diputada también pidió que “dejen de denigrar su condición de mujer”, denunció la difusión de sus datos personales en redes sociales y agradeció al propio Héctor “Cacho” Bárbaro por la oportunidad de llegar a una banca legislativa. 

“Renuncié en enero”

La otra legisladora en el ojo de la tormenta, Elvani Goring, siguió una línea argumental similar. Dijo que, al igual que Alves, su discapacidad tiene origen en el trabajo rural forzado de la infancia. Sin embargo, aclaró que renunció a la pensión en enero de este año, cuando supo que su postulación electoral era casi un hecho.

Desde entonces, aseguró, se volcó a la actividad productiva, tramitó el monotributo y se dedicó a la distribución de tabaco. También adelantó que el PAyS activará a su equipo legal “hasta las últimas consecuencias” para defender su nombre.

La ironía inevitable

El episodio deja un sabor agridulce. Durante semanas, desde el PAyS se minimizó la polémica hablando de “operetas” y “mentiras mediáticas”. Sin embargo, en el recinto fueron las propias protagonistas quienes confirmaron el cobro de las pensiones.

Lo curioso es que ahora las explicaciones apelan a diagnósticos clínicos y relatos personales conmovedores, mientras se insiste en que no existieron favores políticos. Y aunque se presenten como víctimas de difamación, las legisladoras terminaron dando la razón a quienes habían señalado lo que, según se decía, era apenas un rumor malintencionado.

En otras palabras: el milagro de Cacho existió, solo que vino acompañado de un parte médico.