
La hija de Mariano Grondona y su familia fueron asaltadas y maniatadas en su casa
El hecho se dio en el barrio La Horqueta, en el municipio bonaerense de San Isidro.
El 22 de noviembre de 1949, la Argentina vivió un hito fundamental en su historia educativa y social: el presidente Juan Domingo Perón promulgó el Decreto 29.337, que eliminó los aranceles universitarios y consagró la gratuidad de la educación terciaria
22/11/2025
Jorge Villalba
Esta decisión no solo transformó el paisaje educativo del país, sino que también constituyó un paso decisivo en la búsqueda de justicia social, un pilar fundamental de la política peronista.
A mediados del siglo XX, Argentina atravesaba un período marcado por profundas transformaciones políticas y sociales. Después de años de inestabilidad, el gobierno de Perón emergió con la promesa de atender las necesidades de los sectores más vulnerables. La educación superior era uno de los ámbitos en los que se evidenciaban las desigualdades sociales: el acceso a la universidad estaba reservado, en gran medida, a las élites económicas, quienes podían afrontar los costos de matrícula y otros gastos asociados.
La iniciativa de implementar la gratuidad universitaria se inscribe en un contexto más amplio de reivindicación de derechos laborales y sociales, que incluía la ampliación del acceso a la salud, la vivienda y la educación. La educación se percibía no solo como un derecho individual, sino como una herramienta de transformación social, capaz de empoderar a las clases trabajadoras.
La eliminación de los aranceles universitarios tuvo un impacto de gran alcance en la estructura social de Argentina. De manera inmediata, los trabajadores y sus familias, anteriormente excluidos de la educación superior, comenzaron a ver cómo se abrían ante ellos las puertas de las universidades. La posibilidad de acceder a una formación universitaria significó para muchos una oportunidad de ascenso social, que antes parecía inalcanzable.
Este acceso masivo fomentó una diversidad de voces y experiencias en las aulas, enriqueciendo no solo la educación, sino también la cultura y la sociedad en su conjunto. Las universidades comenzaron a recibir a estudiantes provenientes de distintas regiones del país y de variados trasfondos socioeconómicos, lo que contribuyó a la democratización del conocimiento.
El decreto de gratuidad universitaria se convirtió en un símbolo de la búsqueda de justicia social en Argentina. Facilitar el acceso a la educación superior para todos, independientemente de su condición económica, representaba un compromiso profundo con la igualdad de oportunidades. Además, sentó las bases para una creciente participación de los estudiantes en la vida política y social, fomentando un escenario donde las demandas de cambio e igualdad encontraban un eco en el ámbito académico.
Con la gratuidad, la educación superior dejó de ser un privilegio para convertirse en un derecho, y ello tuvo repercusiones en la formación de profesionales comprometidos con la realidad de su país. Ingenieros, médicos, docentes y otros profesionales emergieron de universidades que albergaban una nueva visión inclusiva y transformadora.
A 76 años de la implementación de la gratuidad universitaria, es crucial reflexionar sobre sus legados y los desafíos actuales. Aunque la gratuidad ha sido mantenida como una política estatal, el acceso y la equidad en la educación siguen siendo temas de debate en la actualidad. La lucha por una educación que contemple la diversidad de contextos y que garantice oportunidades para todos y todas continúa vigente.
La experiencia argentina nos enseña que la educación universitaria no solo es un camino hacia el desarrollo profesional, sino un motor fundamental para la justicia social, capaz de transformar vidas y comunidades. Hoy más que nunca, es esencial seguir defendiendo este derecho y trabajar para que la universidad siga siendo un espacio inclusivo, donde cada estudiante tenga la oportunidad de construir su futuro, reflejando así el compromiso de la sociedad argentina con la equidad, la justicia y el progreso colectivo.



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