Después de apoyar la desregulación del sector se declara en crisis la cooperativa yerbatera que preside un ultra libertario

A través de una comunicación oficial fechada el 18 de diciembre de 2025, el Consejo de Administración informó a sus socios que, “debido a la situación económica actual, la cooperativa se encuentra en una posición financiera compleja”, motivo por el cual “no se podrán realizar pagos hasta nuevo aviso”. El texto, breve y contundente, solicita comprensión y promete futuras actualizaciones por los canales institucionales.

Las autoridades se refieren en forma “liviana” a la “situación económica actual” pero evitan entrar en precisiones acerca de que esa situación se produjo por las medidas tomadas por el Gobierno nacional que provocaron el deterioro del precio y empobrecimiento acelerado de los productores. Medidas tomadas por el gobierno nacional que el presidente de esa cooperativa defiende enfáticamente.

Una medida que impacta a productores y proveedores por igual 

La medida afecta directamente a los productores asociados, quienes entregan hoja verde para su secado, molienda y comercialización bajo la marca Andresito, una de las yerbas más reconocidas a nivel nacional. La cooperativa se presenta como una Empresa Social Cooperativa con más de 40 años de historia, formada por 128 familias productoras, y se destaca por su identidad yerbatera y presencia en el mercado internacional, con exportaciones a Chile, Rusia y Siria. Entre sus logros, la marca obtuvo en 2019 y 2022 el reconocimiento de “Mejor Yerba Mate con Palo” en el concurso nacional Caminos y Sabores.

El impacto de la suspensión de pagos genera preocupación entre productores y proveedores, dado que la cooperativa es un pilar del desarrollo local en Comandante Andresito, municipio que concentra una de las mayores producciones de yerba mate de la provincia. Durante períodos de bonanza, la entidad se caracterizó por su crecimiento comercial, inversiones en infraestructura y premios nacionales.

Una crisis que no llega sola

Si bien la cooperativa supo atravesar etapas de expansión, inversiones en infraestructura y reconocimientos por calidad, la actual situación se inscribe en una crisis más amplia del sector yerbatero misionero. Desde hace varios años, los productores enfrentan una combinación de factores adversos: caída del consumo interno por la pérdida de poder adquisitivo, inflación sostenida, aumento de costos de producción y competencia con yerba importada desde Paraguay y Brasil.

 
Ya en 2022, dirigentes del sector advertían sobre el deterioro de la rentabilidad y las dificultades para sostener el esquema productivo. Sin embargo, el punto de inflexión llegó en 2024 con la desregulación del mercado yerbatero y el desmantelamiento progresivo del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), organismo que fijaba precios mínimos para la hoja verde. La eliminación de ese marco regulatorio dejó a pequeños y medianos productores expuestos a las condiciones impuestas por las grandes industrias, con precios a la baja, pagos demorados y sobreoferta.

En 2025, la recesión general profundizó ese escenario. La caída del consumo, el cierre de comercios y la contracción del mercado interno terminaron de asfixiar a cooperativas y secaderos, incluso a aquellas con fuerte arraigo territorial como Andresito.

El dato político: productores que votaron la desregulación  

La crisis de la cooperativa adquiere una dimensión política particular si se observa el comportamiento electoral reciente en Misiones. En las elecciones legislativas provinciales del 8 de junio de 2025, La Libertad Avanza en el municipio de Comandante Andresito se impuso con el 29,5% de los votos frente al 24,2% del Frente Renovador, que continúa reclamando al gobierno nacional el pleno funcionamiento del INYM. En las elecciones nacionales de octubre, el espacio libertario alcanzó el 39,2% en ese mismo territorio 

Pero en octubre, el dato más elocuente se dio en los principales municipios yerbateros. En Oberá, Andresito, Jardín América y Apóstoles —epicentros de la producción— La Libertad Avanza obtuvo triunfos contundentes: 45,9% en Oberá, 39,2% en Andresito, 39,2% en Jardín América y 35,3% en Apóstoles. Es decir, el espacio político que impulsó la desregulación del mercado fue respaldado masivamente en los territorios más afectados por esa decisión.

La paradoja se explica, en parte, por la composición del padrón electoral. Según datos oficiales, apenas el 5,18% de los votantes de la provincia corresponden a productores yerbateros y sus familias. En contraste, los trabajadores estatales y sus núcleos familiares representan el 21,9%, mientras que el 72,9% pertenece a otros sectores urbanos y rurales sin vínculo directo con la producción agrícola.

Así, la llamada “columna vertebral yerbatera” conserva un peso simbólico y mediático fuerte, pero carece de una capacidad real para definir elecciones. En los municipios productores, el voto está dominado por asalariados del comercio, la construcción y el Estado, más sensibles a la inflación, el desempleo y el clima social que a las políticas sectoriales.

 
El costo de la desconexión

Mientras el Ministerio de Desregulación celebra la caída del 44,3% en el precio real de la hoja verde como un “logro de eficiencia”, los chacareros advierten que producir yerba mate dejó de ser rentable. Sin embargo, ese malestar no se tradujo en un voto de defensa del sector, sino en un voto castigo a la política tradicional, canalizado por una fuerza que terminó profundizando la crisis.

La declaración de crisis de la Cooperativa Yerbatera Andresito sintetiza esa desconexión: un sector estratégico para la economía provincial, sostenido por miles de familias, pero con una representación política cada vez más diluida. El nuevo mapa político misionero muestra un campo fragmentado, sin una voz unificada, y un voto rural que ya no se articula en torno a la economía regional, sino al humor social y las identidades nacionales.

La conclusión es incómoda pero clara: el yerbatero misionero ya no es el actor electoral decisivo que fue en otras épocas. Hoy, incluso cuando la crisis golpea de lleno —y suspende pagos—, su capacidad de incidir en el rumbo de las políticas públicas sigue siendo limitada. Y esa debilidad estructural se refleja, con crudeza, en cada comunicado de “suspensión hasta nuevo aviso”.