
Se trata de Robert Prevost de Estados Unidos y, aunque su país tiene una tendencia tradicionalista y conservadora, monseñor Prevost ha tenido un fuerte vínculo con los latinoamericanos, lo que lo obligó a ponerse en la vereda de enfrente a Donald Trump, presidente de los Estados Unidos, que contaba con la mayoría de los obispos americanos. Eligió por nombre León XIV.